No son científicos ni cuentan con una máquina especial, pero cada vez que tiembla llaman a la Onemi para indicarle cuál fue la intensidad del sismo. Ellos son los que definen la Escala de Mercalli. Conozca sus ingeniosos métodos para medir los temblores.
Mauricio es uno de los informantes de la
Escala de Mercalli. Se fija en los objetos colgantes y hasta en su monitor para
saber la intensidad de un sismo.
Foto: Emol
SANTIAGO.- Cada vez que tiembla Mauricio Galleguillos (36) llama a la sede regional de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) para informarle cuántos grados tuvo en la Escala de Mercalli. No es científico, sino locutor radial, ni tiene una máquina especial en su casa para medir sismos. Él es uno de los cientos de voluntarios que, en base a su propia percepción, le indican al organismo la intensidad que tienen los temblores.
Lo que ocurre es que la Escala de Mercalli –que indica la intensidad que tiene un temblor en un determinado lugar– es subjetiva y se basa simplemente en la percepción de la gente y no en instrumentos –como sí sucede en la Escala de Richter–.
Para establecer la intensidad Mercalli existe una tabla con una serie de características asociadas a cada grado –que van de I a XII–. Por ejemplo, indica que para que un temblor sea de grado IV Mercalli "los objetos colgantes oscilan visiblemente" y "la sensación es similar al paso de un vehículo pesado".
Lo que pocos saben es que los encargados de evaluar estas condiciones y asignar la intensidad a un temblor son personas comunes. Entre ellos se cuentan Bomberos, Carabineros y funcionarios de la Cruz Roja, pero también hay muchos voluntarios que, junto con desempañar su trabajo habitual, cada vez que tiembla se convierten en "informantes Mercalli".
Uno de ellos es Mauricio, quien trabaja en una emisora radial de Talca y es instructor de la Defensa Civil. Pero fue después del terremoto del 27 de febrero de 2010 cuando comenzó a cumplir esta anónima función y, hace un mes, Onemi lo certificó oficialmente como "informante especializado en la Escala de Mercalli", tras realizarle una capacitación.
Por eso, cada vez que siente un temblor Mauricio se comunica por radio con la Onemi del Maule, entrega su clave identificatoria: "Delta Charly 7 1", ("Delta Charly" por Defensa Civil, "7" por Séptima Región y "1" que es su número) y entrega su percepción del sismo en grados Mercalli. Por eso lleva siempre consigo su radio portátil. "Para mí andar con mi radio es como andar con el teléfono, estoy las 24 horas con mi equipo", afirma.
Pese a lo difícil que parece la tarea, por su nivel de sensibilidad y precisión, dice que generalmente le acierta en la intensidad de los temblores, aunque también tiene algunos "secretos". "En mi trabajo tengo un recipiente con un líquido, que está en un lugar fijo y no se mueve con cualquier cosa, y cuando se empieza a mover generalmente es un grado III. También me fijo en cosas colgante, si oscilan visiblemente es intensidad IV. O si se me mueve el monitor del computador puede ser intensidad V, por ejemplo, o si se siente inseguridad al caminar es un VI", explica.
Cuenta que en su casa tiene además un sensor antisísmico, que compró en el comercio y que suena cuando empieza a temblar. "Es como una alarma y cuando empieza a sonar yo me fijo en la intensidad del temblor", señala.
El director de Onemi, Benjamín Chacana, explica que hay al menos un encargado de esta función en cada comuna del país y que cada informante tiene un 95% de confiabilidad. "La información que entrega el informante se considera fidedigna", afirma. No obstante, indica que la Onemi también contrasta la información. Por ejemplo, si varios reportes coinciden en que el sismo fue grado IV y sólo un informante dice que fue de VII, este último no se considera.
Onemi puede decretar la evacuación sin esperar informe del SHOA
La importancia de la Escala de Mercalli radica en que es la información más instantánea que recibe la Onemi después de un sismo y son los primeros datos que considera el organismo para adoptar medidas ante un posible riesgo de tsunami.
En la Onemi indican que la información en esa escala la reciben apenas tres minutos después de ocurrido un sismo y es la que utilizan para decidir si decretan o no una evacuación preventiva en las zonas costeras, incluso antes de esperar recibir la información oficial del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).
De esta forma, en caso de que la intensidad reportada sea de al menos VII grados Mercalli –que indica que las personas no pueden mantenerse en pie– la Onemi decreta inmediatamente la "evacuación preventiva" de la población hacia zonas ubicadas al menos 30 metros sobre el nivel del mar.
Luego, cuando recibe el informe del SHOA –elaborado en base a criterios científicos–, la Onemi determina si mantiene la evacuación o si ordena a las personas retornar a sus hogares, dependiendo si el organismo naval decretó o no alerta de tsunami.
Así lo establece el protocolo vigente en el país, ya que técnicamente el SHOA sólo está en condiciones de emitir una alerta o alarma de maremoto unos 15 minutos después del sismo –pues debe cotejar los datos del Servicio Sismológico y de sus mareográfos–, que es el mismo tiempo que se estima tardarían en llegar las primeras olas. "Los primeros 15 minutos son cruciales para evacuar a toda la gente", afirma Miguel Ortiz, jefe del Centro de Alerta Temprana.
Según indica el Capitán Miguel Vásquez, jefe del Departamento de Oceanografía del SHOA, incluso hay un caso en Chile, en Valparaíso en 1730, en que la primera ola llegó a la costa apenas un minuto después de ocurrido el terremoto. Por eso afirma que en las zonas más cercanas al epicentro, la llamada "zona de sacrificio", la evacuación debe ser inmediata.
Natacha Ramírez, Emol
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