
Más que preguntarnos por el papel o rol a jugar por Twitter en situaciones de emergencia, la pregunta debería ampliarse e incluir a todas las redes sociales virtuales constituidas vía Internet.
Sabido es que el tema de las emergencias, desastres o catástrofes se está convirtiendo en nuestra sociedad globalizada en sucesos casi cotidianos que, gracias a una verdadera eclosión en el desarrollo de la tecnología de las comunicaciones, su masificación nos ha llevado al hecho concreto de vivir conectados permanentemente a los medios de comunicación, ya sea de manera individual o bien colectivamente, para satisfacer la avidez de información de todo tipo fomentada por los mismos, destacándose de entre ellos las llamadas redes sociales, tales como Facebook, Twitter, Sónico y Linkediln entre unos cuantos más, teniendo ahora que agregarse también, para este caso, la red VOST = Equipos Virtuales (ó Digitales) de Apoyo a Operaciones de Emergencia, voluntarios.

Como quiera que se llamen estas redes sociales, la función de Protección Civil se organiza por Ley, se regula por un Reglamento y su gestión (prevención del riesgo de desastre, su mitigación, la preparación para y la respuesta a una situación de emergencia, como asimismo la capacidad de resiliencia o recuperación de un evento crítico y su rehabilitación hasta volver a la normalidad) se desarrolla a partir de planes y programas de emergencia pre-establecidos.
Pues bien, como una organización de Protección Civil se estructura sobre la base de reunir a una serie de organismos y servicios públicos y también privados, permítanme utilizar la estructura de una orquesta como símil para explicar que, así como cada grupo de ejecutantes tiene una tarea específica a cumplir dentro de ella, de la misma forma cada miembro de la orquesta “Protección Civil” tiene un rol específico a desempeñar dentro de esta organización. Por ejemplo: la Policía, delimitar y asegurar el perímetro; Bomberos, combatir el incendio y rescatar a personas atrapadas; SAMU, atención pre-hospitalaria de personas lesionadas; Servicios Sociales municipales: atención de damnificados, etc., etc. Si cada uno hace su parte, la operación (ó “ejecución musical”) dirigida y coordinada por su director ó, en el caso presente, por un profesional Administrador de Emergencias, será un éxito.

De lo dicho en el párrafo anterior no resulta difícil deducir entonces que a cada una de las redes sociales que desee incorporarse como nuevo miembro de la organización de Protección Civil habría que “rayarle la cancha”, definiéndole a cada uno el ámbito de acción dentro del cual podrá actuar. Dentro de España, esta tarea le correspondería asumirla al Ministerio del Interior a través de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias pero, por tratarse de redes de comunicación que no reconocen fronteras geográficas, más bien correspondería a Naciones Unidas, a través del programa ISDR/EIRD o PNUD definir este problema, Así como cada ONG tiene su campo de acción específico, lo mismo habrá de exigírsele a cada red social internauta que quiera incursionar en el campo de la gestión de desastres.
Finalmente, enfatizar que todo mensaje dirigido a la población sólo debe ser entregado por la Autoridad

Competente a través de los Medios de Comunicación Social reconocidos y con el propósito de darle a conocer la gravedad de una situación de emergencia en su justa medida, para disminuir la incertidumbre, ansiedad y conmoción natural, siendo éste el recurso más directo e inmediato para evitar la proliferación de rumores infundadas y una alarma injustificada.
Por: Jorge E. Gorigoitía Gándara
Prof. de Estado – Esp. Administración Prevención del Riesgo de Desastres
España.